martes, 14 de noviembre de 2017

Espectral complot para matar a la fálica Señora Macbeth

Griselda Gambaro 
y otra vuelta de tuerca
sobre Shakespeare







Escribe:
Fernando Gonzalez Oubiña


La sólida calidad de la dramaturgia de Griselda Gambaro sube nuevamente a escena, esta emblemática autora que fue sujeto de las listas negras de la Triple A y de la dictadura militar posterior, la que recibiera la beca Beca Guggenheim, quien en 2011 fue distinguida con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y aquella a quien la Fundación Konex, distinguiera con un “Diploma al Mérito por Teatro” en 1984 y 1994, más un Premio Konex de Platino en 2004 y finalmente con una Mención Especial por Trayectoria en 2014.

Esta autora indispensable que escribiera la novela Ganarse la muerte”, luego prohibida por un decreto del dictador Videla, cuyo gobierno de facto la halló "contraria a la institución familiar y al orden social". La misma Gambaro que con su Antígona furiosa de 1986 marca un hito en la dramaturgia argentina con la re escritura del clásico griego de Sófocles; (Tuve el raro privilegio en setiembre del ’86 de ser invitado al ensayo general de la puesta original de Laura Yusem, en la sala del Goethe. Luego del ensayo me encontré con una Griselda preguntona, preocupada por lo que ese público escogido, sentado en el suelo, hubiera interpretado de su versión; interesada en cotejar con el adolescente que fui sus pareceres y los míos, una grande en todo el sentido de la palabra). Ella una vez más re escribe un texto clásico, en este caso nos ocupa Macbeth de William Shakespeare, trasvasado a esta estupenda Señora Macbeth que se representa ahora en el Teatro Andamio 90 con dirección de Roberto Lachivita.

Dijo Gambaro en un reportaje contemporáneo al estreno de la obra: “…yo creo que Shakespeare no se puede adaptar. Es un autor tan inmenso que toda adaptación resulta una pretensión soberbia. Simplemente me enteré de la historia, entresaqué el personaje y le di otra dirección.“


La pieza transita un novedoso tipo de realismo simbólico, con elementos expresionistas. Hay en ella una necesidad de construcción de realidades alejadas temporalmente y geográficamente de aquello que se decide metaforizar, un reino anglosajón indefinido, desdibujado, en crisis, más el denodado corrimiento del andamiaje Shakesperiano en función del rescate de lo que para Griselda Gambaro es esencial: aislar de la fábula original todo aquello que le sirve para provocar un efecto de extrañamiento:

“Bruja 1: (...) Vendrán épocas de crímenes felices, donde el poder ignorará las muertes que ocasiona. Las decidirá sin imaginarlas y sin perder el sueño.”

Hay un depurado intertexto político a lo largo de la pieza, concentrado especialmente en el personaje Banquo, como metáfora del desaparecido en el imaginario social argentino, lo fantasmagórico interpretado también como lo que aún no termina de morir, su presentación espectral es metáfora de los cuerpos de los desaparecidos por la última dictadura militar, como también se pueden establecer lecturas en las cuales las brujas simbólicamente encarnarían a las Madres de Plaza de Mayo. La autora elije el tema del destino trágico y la re semantización de un clásico como denuncia, ya que potencialmente graves males aquejan a la sociedad argentina por no retomar el camino de la memoria:

“Señora Macbeth: -(...) Macbeth (...) No estés tan pálido que no hay castigo para los poderosos... Siempre encuentran razones. O sea: yo lo ordené –el crimen- porque era necesario para el bien del estado, o no lo ordené y alguien osó asesinar por cuenta propia. Y si aparecen cadáveres en una zanja o en el río, de esa acción soy inocente porque mi poder no lo ordenó (Ríe)”


También es notable destacar que en la pieza original de William Shakespeare los personajes de Banquo y Lady Macbeth nunca tienen contacto en escena, y que la aparición en la pieza de esta primera dama es fragmentaria, casi desarticulada y es un personaje en función del conflicto principal encarnado en su esposo, sin embargo y magistralmente Gambaro toma la esencia de esta primera dama para ponerla en el lugar protagónico. Es una verdadera rareza histórica que un personaje secundario haya permanecido en el imaginario colectivo con tal fuerza como lo ha hecho Lady Macbeth.

Hay un cuidadoso trabajo de puesta en escena y una férrea y visible línea de dirección actoral, relacionada al espacio, diagonales y niveles, donde Roberto Lachivita se luce. El árido planteo escénico reafirma el clima de la dramaturgia y la completa ausencia de colores en los vestuarios recarga sabiamente ese clima de traiciones y crímenes. Destaco especialmente en el trabajo de Lachivita la entrada y el recorrido escénico que plantea para el personaje Banquo, siendo una sola escena la que Gambaro decide para este rol importantísimo, el trabajo de dirección logra sin elemento alguno, sólo con la prolijidad de dos diagonales un verdadero impacto visual, si estuviéramos hablando de cine se equipararía a un cambio de eje. Otro aspecto que toma especial preponderancia es la estupenda puesta de luces con diseño de Claudio del Bianco y Estefanía Piotrkowsky, protagonista y responsable de climas irreales, perfecta.



El ya mencionado dispositivo escénico que es demarcado por traslados, desplazamientos y niveles es transitado con gracia y seguridad por Romina Pinto en la piel de esta consorte del “Rey que será” según dicen las profecías; la dramaturgia propone un desplazamiento del personaje protagónico del original shakesperiano, dejando fuera de escena a Macbeth para centrarse exclusivamente en su esposa, epítome de la mujer fálica, al provocar ese descentramiento halla fuerza dramática precisamente allí donde se aparta de Shakespeare. Pinto es notable en fugaces tránsitos, en momentos de lucidez-delirio del personaje, y que éstos queden claros es mérito de la dirección y de la intérprete conjuntamente, ya que es especialmente difícil trabajar tan delgados límites. Un dato del texto original de Gambaro es que la autora señala en los signos secundarios que La señora Macbeth “grita con su graznido animal” acotación interesante que Pinto ejecuta a lo largo de la obra, y es increíblemente donde el personaje tiene menos potencia, quizás por acceder siempre a un único registro de crispación, en cambio su gama de matices en tonos y dimensión física son valorables, los que van desde la vulnerabilidad hasta la locura o el tránsito por la dificultad física, incluso el espanto con la entrada del no vivo. Trabajo muy exigente para una actriz joven que se pone a la altura de un texto con altísimos decibeles literarios y requerimientos extraordinarios en lo emocional.

El personaje que plantea una ruptura en la pieza, Banquo, es interpretado por Pablo Lambarri, quien lo transita con mucha solvencia y en ejercicio de una intensidad controlada, siempre a punto de estallar, esa tensión interna es un gran hallazgo de este actor que logra comunicar con potencia.


Las brujas están a cargo de tres jóvenes actrices quienes mediante elementos de clown y la desarticulación de su esquema corporal plantean un universo movedizo, pero inacabado estéticamente, incluso la enorme potencia de los textos se desmantela frente a esa excesiva movilidad, poniendo ellas mayor atención en cumplir ese requerimiento del constante cambio de posición, aún sin motivo alguno, y allí radica un problema, ya que el actor es un emisor de mensajes en escena, si no sabe o no encuentra el por qué de hacer algo y simplemente lo mecaniza lo convierte en inentendible, un signo más pero no puntual. Sucede si el actor no tiene claro lo que debe o quiere comunicar. No obstante alguna de ellas logra momentos interesantes, pero hay una modernidad que no me colabora a la hora de querer identificarlas porque el diseño gráfico del programa no discrimina en nominar personajes, solo es una lista de nombres de los participantes, en el cual se distingue por posición en primer lugar a la protagonista y en último lugar al único varón del grupo, lamento decir que el diseño gráfico del programa me ha parecido fallido, incluso el título de la obra es imposible de desentrañar y la tipografía liliputiense.

“Bruja 1: (...) Un sorbo da consuelo, otro excusas tan firmes como la verdad, y el tercero, si es necesario, total, perfecto olvido.”

En escena hay un personaje más que ejecuta música en vivo, Laura Regueira, que dialoga con eficacia desde otro lenguaje con la acción y sus protagonistas, un elemento riesgoso el de la música ejecutada desde dentro de la escena, ya que debe amalgamarse con la pista grabada y las voces, pero en este caso hay una cualidad dramática en la sensibilidad de la ejecutante que la defiende, aunque el sonido del cajón parece sumarse a una rara vibración de las tablas del escenario, aún así vale como propuesta.

Es más que valorable este trabajo colectivo en Andamio 90, que recién comienza su temporada de representaciones, planteando interesantes climas y una apreciable estética visual.

Sinopsis de Prensa:

De Macbeth y su desconstrucción.
"Vendrán épocas de crímenes felices, donde el poder ignorará las muertes que ocasiona. Las decidirá sin imaginarlas y sin perder el sueño".

La Señora Macbeth de Griselda Gámbaro nos muestra por dentro las causas y consecuencias del ejercicio de un poder totalitario. Nos muestra qué le pasaba por dentro a la mujer que amaba a Macbeth quien estaba atravesada por una cultura que la predisponía a vivir y a actuar en función de su marido llegando a límites tales como la de sofocar hasta su propia voz para enajenarse y desconocerse a sí misma. Nos muestra la consecuencias de participar y someterse a un modelo de poder machista curiosamente muy copiado por las mujeres que ejercen el poder hoy. Aquí nace nuestro trabajo que esperamos sea un aporte para mantener vivo este hermoso texto con una nueva versión escénica tratando de que el relato, las acciones y la palabra fluyan por otros canales, y podamos seguir reconociéndonos en Shakespeare.

Ficha técnico artística:


Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
ANDAMIO ´90
Paraná 660 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4373-5670
Web: 
http://www.andamio90.org
Entrada: $ 200,00 / $ 150,00 - Domingo - 17:30 hs - Hasta el 26/11/2017 


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