viernes, 14 de octubre de 2016

Los chicos malos de Gabriel Gavila

Escribe: 
Alvarez Castillo

  Gabriel Gavila es un talentoso cómico a quien hemos elogiado en nuestra entrada Dillinger. En este show que se denomina Freak Performático, concebido y dirigido por él, Gavila exhibe una creatividad preocupada por otros temas y distintas posibilidades de expresión.
 
  La obra comienza antes que la obra, en sintonía con la tradición performática que propone frescura e innovación. Los actores se mezclan con el público que va llegando a La Sodería –un interesante ámbito para el arte, desde una concepción arquitectónica y plástica atractiva– y de alguna manera lo hacen parte del show que está iniciándose. No hay cuarta pared porque sencillamente se juega a que no existan paredes de ningún tipo, mientras que se mantiene vivo el espectáculo y su artificiosidad natural.



  En Chicos Malos lo masculino se muestra en su homosexualidad y virilidad desde la metáfora de cuerpos jóvenes en escenas revulsivas, combinadas con música y danza; un espectáculo que nunca hace a un lado la propuesta plástica y estética.


  Las intervenciones del director de la compañía y las de su contrapunto, un personaje falsamente ingenuo, ponen en escena una cuestión radical: la realidad de la actuación, la realidad del arte, contrastadas con nuestra propia realidad, en más de una ocasión actuada.

  La transgresión –¿puede haber transgresión en el siglo XXI, o qué tipo de transgresión se puede dar?– parece surgir de un mostrarse tal cual se es. En este show –que se enuncia negándose como obra teatral, pero manteniéndose siempre dentro de ese paradigma mediante la confección constante de retazos de un cuerpo teatral único–, los juegos sexuales que se inician en el tanteo, en la inseguridad, en la agresión y en la búsqueda de identidad en el otro, siempre apelan a la conciencia. Ese verse en el que está fuera para hallar al que está dentro.
  Otra nota explícita es la recurrencia a lo bizarro, desde actitudes masturbatorias, desde la mímica sexual, o en la concepción del andrógino.

  El guión de Gavila nos mantiene en los límites del teatro. En su puesta estos chicos malos habitan un desamparo del que a veces la parodia es su único refugio. La burla auto-referencial no cesa. No hay monólogo que se precie sin un grado elevado de llevar a lo consciente nuestra realidad.

  
  Luego de Chicos Lindos y Chicos Malos, nos queda esperar por Chicos Feos, para ver el final de esta saga performática. 



Síntesis para Prensa:

El universo de la seducción y la sexualidad en contraposición a la vida de cada uno de nosotros. El ensayo de un espectáculo con pretensiones de ser un gran show pero que queda a mitad de camino por la rebeldía de uno de sus integrantes, quien frustrado y paralizado por la languidez posmoderna, sumerge a todos en la búsqueda de la verdad y la originalidad. "Chicos malos" no tiene historia, pero sí elementos "reales" para exponer verdades. Teatro vivo, roto y punk.

Ficha técnico-artística:




LA SODERIA - ESPACIO ARTÍSTICO FABRIL
Vidal 2549 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4543-1728

Entrada: $ 150,00 - Viernes - 21:30 hs - Hasta el 25/11/2016 



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