sábado, 21 de julio de 2012

La teoría de la mariposa


Desventuras de un latin-lover
Escribe: Héctor Alvarez Castillo

Por segunda temporada consecutiva, se ofrece, en el Espacio Artístico Colette, la agradable comedia de Eduardo Grilli: La teoría de la mariposa. Se destaca en la puesta el buen trabajo de dirección de Marcela Groppa, quien además encarna en escena el papel de la esposa de un cuarentón a quien se le han agitado las hormonas.

En la obra la acción es continuada y con ella va creciendo lo humorístico. Los personajes, en sus motivaciones, están centrados en su esfera de interés. Ése es el punto de atracción. Tienen la mirada ceñida en lo personal. No salen de esa perspectiva para enterarse qué le ocurre al otro, qué necesita, qué le importa. Sólo se relacionan a través de sus requerimientos, frustrados en cada caso y por distintas razones. Hasta el sexto personaje  –al que accedemos a través de su fantasma– el psicoanalista Pettoruti, no parece ser ajeno a esto. En el desarrollo de La teoría de la mariposa apreciamos que la dinámica de entradas y salidas de los personajes está lograda, para gusto del espectador. Para esto, “un concierto de situaciones hilarantes, mezclándose con patético dramatismo y suspenso, irán fluyendo y sobrevolando la acción.” 

Hablamos ahora del personaje central: Lucrecio –muy bien interpretado por César di Giorgio“es un cuarentón, porteño, docente universitario, típico emergente de una clase media en extinción, que se ve envuelto en un triángulo emocional causado por sus inseguridades”, disfrazado de latin-lover inalcanzable. Alrededor de él “tres mujeres tan diferentes y parecidas a la vez compondrán cada uno de los ángulos de esa figura: Mirna, Natalia y Luz.” Presenciamos como Lucrecio, atrapado en su propio laberinto, se las ingeniará para sobrellevar una situación insostenible.

Agregamos que la sala Espacio Artístico Colette, situada en el Complejo Teatral Paseo la Plaza y diseñada al estilo de un café concert, ofreciendo la posibilidad de beber algo mientras se asiste a la representación.
La Música y los efectos sonoros, colaboran eficazmente con la puesta.
Siempre es difícil hacer reír, y esta obra logra el cometido. Un grupo de buenos actores hace gala de su arte para hacernos pasar un grato momento en esa magia que es el teatro.



Ficha Técnica:

Elenco: Marcela Groppa, César di Giorgio, Candela Reynoso, Susana Giannone, Pablo Bellusci.
Autor: Eduardo Grilli
Iluminación y Sonido: Ernesto Giannone
Vestuario: Marcela Groppa
Musicalización: Eduardo Grilli
Dirección: Marcela Groppa
Asistencia de dirección: Matías Echeverría Tello
Prensa: Laura Castillo Marqués

Los domingos 19 hs
Espacio Artístico Colette
Av. Corrientes 1660 (Paseo La Plaza)
Teléfonos: 6320-5346


jueves, 5 de julio de 2012

Mujeres jubilosas













El frenesí femenino resiste los años
Escribe: Héctor Alvarez Castillo


La obra de Luis Visentín: Mújeres jubilosas, que con adaptación de Daniel Di Rubba presenta el Grupo Pivot, está desde el mes de mayo en el Teatro El Espión, de Sarandí 766, y próximamente comenzará una gira por distintas ciudades.
En Mújeres jubilosas, cinco mujeres en escena dan vida a una comedia rápida, que en poco menos de una hora logra divertirnos; con motivo del cumpleaños de Alba, una viuda jubilada será visitada por un grupo de amigas y su díscola prima. La figura del violador, que en el discurso de las protagonistas se hace presente con insistencia, no pasa de ser una mezcla de fantasma y deseo sexual postergado, pero moviliza la acción dramática, incluso hasta la escena final donde las cinco mujeres se reúnen en una especie de manifiesto público, 



en parodia del haka maorí, y dan forma una expresión más vigorosa, que contrasta con las mujeres temerosas que recelan por su seguridad hasta minutos antes. 





Excelente interpretación de Antonella Tiravassi, en el papel de la pícara Matilde, la prima muda de la anfitriona. Adriana Gallo, justamente, interpreta con calidad a Alba, correctamente secundada por Marianela Quevedo, Nelda, y Liliana Gallo, Bety. En la última parte de la obra aparece Mirta Vacalebre, Dora, intervención que dará posibilidades teatrales interesantes. 




Daniel Di Rubba no sólo se encarga de la adaptación del texto original, sino que tiene a cargo la dirección general de la puesta, con asistencia de Pablo López. En esta suma de roles, Daniel Di Rubba también nos da muestras de su capacidad.

miércoles, 4 de julio de 2012

37º Congreso de Revisionismo Histórico Nacional


¿Cómo será la historia dentro de cuarenta años de historia?

Escribe: Héctor Alvarez Castillo


La Compañía Funciones Patrióticas estrenó en la Fundación Proa, el último miércoles 20 de junio, su espectáculo 37º Congreso de Revisionismo Histórico Nacional, dentro del “Año de Homenaje al Doctor Don Manuel Belgrano”. Espectáculo que a semejanza de otras obras de la Compañía, ofrece diversión a cambio de ciertas inquietudes históricas y hasta de crítica cultural. Para esto se basa en el formato del teatro, con la salvedad de que en él convergen distintos lenguajes y géneros nada convencionales, abriéndose de este modo enormes posibilidades escénicas y de comunicación e intercambio con los espectadores. Y entendemos que a la puesta hay que verla como algo integral y no detenerse en un actor, actriz o efecto.

Esta nueva obra de la Compañía Funciones Patrióticas es más compleja que ¿Qué, cómo? –obra de la Compañía que se mantiene en cartel en el Teatro Regina pero según nuestra consideración, en algunos aspectos, no logra la complicidad directa que la mencionada y la parodia no está a la altura de la anterior. Es interesante la propuesta de reproducir videos realizados a protagonistas de nuestro presente –que salvo milagro ninguno pasará a la historia– convocados por la consigna: cómo será nuestra patria dentro de cuarenta años. Luego de la sucesión de entrevistas, se da la apertura al 37 Congreso del Instituto de Revisionismo Histórico Nacional “Patricio Kelly” –nombre con el que ha sido denominado en ese futuro el hoy lamentable Instituto Revisionista “Manuel Dorrego”, que intenta infantilmente llevar agua al molino del relato, por no decir fraude, KKista.

A esta obra de futurología histórica, con tintes de ciencia ficción, la Compañía la presenta de este modo: “El año pasado se creó por decreto el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. Y de inmediato, se desató una fuerte polémica entre los historiadores. Que el Instituto será el megáfono de los sin voz. Que, por el contrario, será la repetidora de los que tienen voz y voto. Que su trabajo revisará la historia oficial en favor de los intereses del pueblo. Que su misión, en realidad, será instaurar un nuevo relato de la historia con la única finalidad de controlar la memoria popular.
La disputa continúa. Y la Compañía de Funciones Patrióticas, sin pretensiones de resolverla, la escenifica en un futuro imperfecto, que es el tiempo verbal más adecuado para hacer de todo esto una comedia. Otro Manuel, Belgrano, es el prócer sometido a revisión que nos permitirá compartir con el público nuestra hipótesis sobre el funcionamiento del Instituto Dorrego dentro de cuatro décadas, época en la que, en exclusiva, adelantamos, dicha institución ya no llevará el nombre de ese gran caudillo federal.”

La segunda presentación de esta obra será el lunes 9 de julio, a las 17 horas, en ocasión del Día de la Independencia, en la misma Fundación Proa: Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca. Reservas: funciones.patrioticas2010@gmail.com

Recordemos que la Compañía de Funciones Patrióticas –según se define el propio grupo– “es un elenco estable, en un país por demás inestable, cuyo repertorio está compuesto de adaptaciones y obras propias con eje en el sentimiento patrio y la historia de nuestro país. Lleva estrenados los siguientes espectáculos: El gigante Amapolas, de Juan Bautista Alberdi (2008); La neurosis de los hombres célebres en la historia argentina, de José Ramos Mejía (2009); Política casera, de Exequiel Soria (2010); Tres jueces para un largo silencio, de Andrés Lizarraga (2010); Historia de cómo nuestro amigo Panchito González  se sintió responsable de la epidemia de peste bubónica en Zona Sur, sobre un texto de Osvaldo Dragún (2011); Educación y Distancia, en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento (2011); ¿Qué, cómo? (2011), a partir de un texto de Christian Ferrer”



(actualmente en cartel en el Teatro Regina). (http://arteenbaires.blogspot.com.ar/2012/05/que-como_10.html)

Disquisición aparte, leí en estos días que otra institución con nombre importante planifica instalarse en esta parte del barrio de la Boca, frente al riachuelo, a la Vuelta de Dardo Rocha y a metros del la turista y breve Caminito. Esperemos que en algunos aspectos tenga mejor suerte. No puedo dejar de hablar sobre el mal gusto general que quiere llamarse arte y se desparrama por las instalaciones de la citada Fundación. Subimos al ascensor y contemplamos un mamotreto de madera que aspira a ser percibido como un objeto estético, luego encontramos un tachito de lata, pintado de rojo, con algo que sale de él (¿una planta, una rama?), del mismo tipo de los que con mayor talento se desperdigan en los patios de las casas. Restos de albañilería con un rollo de papel higiénico (¡por suerte sin usar!), un huevo frito recreado, una taza rota y otras porquerías iluminan el criterio de los encargados de las artes plásticas y visuales en Proa. Cuelga del techo un no sé qué semejante a una liana, pero que con seguridad jamás será usada por Chita ni Tarzán. Y se pisa un enredo que no es arte artefacto ni alfombra, y que sólo sirve para que alguno se dé un buen porrazo. Saludos a los curadores de la Fundación Proa.


Ficha técnica:

Actúan: Paula Banfi, Paolo Baseggio, Natalia Fernández Acquier, Ernesto Fontes, Julieta Gibelli, Leandro Ibarra, Daniel Miranda, Natalia Olabe, Martín Seijo y Guillermo Valdez

Luces: Fernanda Balcells

Fotografía: Jorge Marino

Música: Alejandro Millán Pastori, Sebastián Pandolfelli y Ezequiel Espinoza

Prensa: Claudia Mac Auliffe

Dirección de video, realización y diseño: Paolo Baseggio

Producción: Natalia Fernández Acquier, Julieta Gibelli y Paula Banfi

Dramaturgia y dirección general: Martín Seijo