sábado, 16 de mayo de 2015

Síntoma, obra ganadora de Teatro x la Identidad 2014

Una mirada 
sobre las consecuencias 
del Proceso 
por Guillermo Salz




Escribe: Alejandro Miroli



La larga sombra de los efectos del Proceso llega hasta el presente y el teatro, como otras expresiones artísticas, han hecho un inmenso esfuerzo por presentar –en cada lenguaje posible– sus consecuencias en toda la sociedad.


Leonardo, paciente de un psicoterapeuta –el Doctor– usa la declaración de suicidio como un norte flotante, que se desplaza de sesión en sesión psicoterapéutica como un recurso inconsciente para romper la cadena familiar de los Leonardos. Ésta aparece como un mandato impuesto por su padre militar, quien se llama Leonardo y que es hijo de un Leonardo –y que piensa que trasmite el destino a su hijo de ser padre de otro Leonardo. Esta cadena del nombre opera como una sujeción de la cual nuestro Leonardo puja por salir, de la que tiene una vaga intuición que no le es propia.



Esa insatisfacción se muestra en su actitud ante el juego, juega una secuencia de números siempre fija: “1-2-3-4-5”, pero no los recuerda y rompe el cartón de juego sin mirar si su jugada fue premiada, de ese modo se sustrae de la vida, y ejecuta un suicidio simbólico, que declara postergar como una posibilidad siempre a la mano.

Toda la escena se juega en la sesión terapéutica, en la que interviene la esposa: Eva, quien narra el hecho –secreto de familia– que Leonardo es un niño apropiado por un militar, quien lo inscribe como hijo propio y quien la amenaza para que no se lo haga saber a él nunca.


El final parece inverosímil, pues muestra a alguien que sale de una amnesia selectiva profunda, casi por un acto de voluntad, casi instantáneamente cuando le vuelve la memoria de los rostros que lo acompañan en un viaje imaginario que le venía invadiendo su imaginación.

Y el tono general de la obra padece de una cierta linealidad temática, como si fuera aún necesario hacer un arte de coyuntura, casi pedagógico. El tiempo pasado, las múltiples dimensiones que fuimos viendo del llamado Proceso, permitirían una trasposición teatral más arriesgada, que pudiera abrir calas en aspectos más sutiles que la mera cuestión de la denuncia del apropiador perverso.

La escenografía –un consultorio psicológico– es correcta, y la iluminación acierta en acompañar los estadios dramáticos de Leonardo. Las actuaciones de Hugo Dezillio y Viviana Suraniti son correctas; por su lado Gustavo Oliver como Leonardo caracteriza adecuadamente la furia y los cambios de ánimo que expresa su personaje, y tiene tal vez el mayor compromiso dramático.


La obra de Guillermo Salz fue ganadora del Concurso de la 14ª Edición de Teatro x la Identidad 2014, con un jurado compuesto por: Gilda Bona, Luis Cano, Claudio Da Passano, Teresa Gatto, Mauricio Kartun, Román Podolsky, Sergio Rower y Martín Salazar.

Ficha técnico artística:



EL CRISOL
Scalabrini Ortiz 657 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Web: http://www.crisol.org.ar
Entrada: $ 100,00 / $ 80,00 - Sábado - 21:00 hs 


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