sábado, 9 de abril de 2016

El peor de los públicos

Escriben:
Alejandro Miroli
y Alvarez Castillo




Un agente funerario se encuentra ante el cadáver de un gran actor, fallecido antes de una función. Debe preparar el cuerpo, y esta intervención en un personaje de fama dispara en el agente funerario una serie de diálogos sordos con el cuerpo; todo en una cámara morturia en la antesala de la sala de velatorios. La obra juega con el equívoco del diálogo entre un vivo gris y un muerto célebre, y un tercer personaje que, sólo opera por teléfono aparece cada tanto como una presencia que dispara distintos razonamientos en el protagonista.


La obra supone un humor macabro, pero dista de lograrlo, y no se la puede interpretar como una obra de humor negro, ya que tanto los diálogos sordos como los diálogos que el agente funerario entabla por teléfono son fallidos. Los primeros porque no superan lo convencional y esperable, el chiste básico sobre la fama quebrada y demás, los segundos porque la obra fracasa en el manejo de los silencios. Siendo el diálogo telefónico uno de los recursos que más se prestan a la exploración del silencio y de la dimensión actitudinal del actor, que no se da y en este caso se hace desear. Una historia lateral -la crónica de la huida del agente funerario desde la España franquista- no agrega nada a la trama previa. Es interesante señalar que el tema de un agente mortuario -poco explorado por las artes- ha dado lugar a una interesante película The Mortician (Gareth Maxwell Roberts, 2011).


Agregamos el film After Life, de una originalidad mayor, con excelentes actuaciones de Leem Neesom y Christina Ricci, con el siguiente argumento: Después de sufrir un terrible accidente de tráfico, Anna (Christina Ricci) se despierta sobre la mesa de trabajo de una funeraria. Eliot Deacon, el director de dicha funeraria (Liam Neeson) le dice que no está viva, sino que se encuentra en la transición entre la vida y el más allá y que él puede hablar con ella porque tiene la capacidad de comunicarse con los muertos, así que él es el único que puede ofrecerle ayuda. Paul (Justin Long), el novio de Anna, siente que algo no va bien lo cual hace que sus cercanos lo traten de loco.




La escenografía austera da, vagamente, la idea de una cámara mortuoria; la luz acompaña esto.


Datos de Prensa:

Atilio es un viejo maquillador de cadáveres español.
Expulsado de su país por haber exhibido el cuerpo de un soldado del ejército fascista como payaso en su velatorio, vino a parar por casualidad a la Argentina.
Aquí trabaja en el sótano de una funeraria y desarrolla su oficio como un verdadero artista. 

A partir del vínculo que establecerá con el cadáver de una celebridad, Atilio desnudará su soledad y la ternura que se esconde detrás de su carácter bruto y peleador. Al despedirse de su compañero y amigo, prometerá encontrarse con él del otro lado.
Con todos los que han pasado por sus manos, se reirán de lo feo que son los otros.


Con todos los que han pasado por sus manos, se reirán de lo feo que son los otros.


Ficha técnico artística


FANDANGO TEATRO 
Luis Viale 108 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Entrada: $ 120,00 - Sábado - 21:00 hs 


No hay comentarios:

Publicar un comentario