Obra y dirección de
Leonardo Azamor
Escribe:
Héctor Alvarez Castillo
Héctor Alvarez Castillo
Intriga la propuesta de una comedia sobrenatural, como
se define desde la propaganda “Todos
saben que esto es ninguna parte”. Se sabe que el arte de hace reír es harto
difícil. A eso debe agregarse la problemática de lo sobrenatural, no sólo sin
los recursos a los que nos ha acostumbrado el cine, sino con la mínima
escenografía posible. Entonces la defensa de esa calificación pasa a residir –por
encima del texto– en la interpretación de los espectadores, según lo que la
acción sugiere en algunos pasajes de la obra. En ninguna parte será el ámbito donde lo afectivo se revela
esencial. Y la comedia allí se transforma, a la postre, en comedia romántica.
En nuestro análisis, el clímax de la obra se lo
alcanza al promediar ésta. Y se destaca la plasticidad, las dotes coreográficas,
de Belén Parrilla, Agustín Bobillo y Soledad Cagnoni. La capacidad de ellos es
el punto más fuerte de la puesta, que se despliega en un escenario despojado:
dos sillones enfrentados y un viejo tocadiscos, arrumbado en un rincón, junto a
unos pocos LP, son los elementos que da la concepción escenográfica de la pieza.
Los veinte minutos finales son a todo ritmo, gracias a
un flash de música disco de las décadas pasadas. El tema del encuentro con el
otro, la pareja y la soledad, planean en cada situación, por extraña que ésta se presente.
Leonardo Azamor ha tomado el reto de escribir, dirigir
y actuar en “Todos saben que esto es
ninguna parte”; una pretensión muy alta.
Autoría: Leonardo Azamor
Actúan: Leonardo Azamor, Agustín Bobillo, Soledad Cagnoni, Paola Fontana, Belén Parrilla
Vestuario: Silvina Biavasqui
Diseño de luces: Rocío Rodríguez Conway
Asistencia de dirección: Silvina Biavaschi
Prensa: Laura olmedo, Sabrina Peralta
Co-Dirección: María Soledad Tuchi
Dirección: Leonardo Azamor
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