En Corrientes Azul
Escribe:
Fernando González
Oubiña
Desde periferias imaginarias se
plantean filosóficas cuestiones universales, todo ocurre en Sunchales,
Provincia de Santa Fe. Es ese pequeño mundo pueblerino el que elige Sergio Lobo
para ambientar su estupenda pieza teatral Profundamente,
que se representa en el teatro Corrientes Azul, periférico espacio encantado,
lleno de historias teatrales, de exilios y maravillas también. Allí se evocan
tiempos pasados de resistencia artística y créanme que vale la pena alejarse un
poco del circuito comercial al encuentro de esta joya teatral.
La dramaturgia está plagada de recursos
sorprendentes, de intrincadas líneas argumentales que son vasos comunicantes de
esa realidad soporífera y provinciana interrumpida por la aparición de una
peste, que es capaz de diezmar a los pobladores de manera exponencial, y si… el
tema parece luctuoso, pero estamos frente a una comedia disparatada; también el
humor da para pensar, pero en este caso es únicamente para disfrutar. Todo funciona en esta pieza como un
engranaje de crítica social perfecto y aceitado.
Hay una voluntad de grotesco en la
trama, y reseñando brevemente este género teatral diré que conjuga elementos extravagantes, bufonescos y
estereotipos salidos de la caricatura, es menester recordar que fue llevado a
la excelencia por Armando Discépolo, dramaturgo al que se lo considera su
creador. Junto con el sainete es orgullo nacional, ambos géneros autóctonos constituyen
la génesis de la teatralidad argentina, son nuestro aporte a la literatura
dramática del mundo; el grotesco en sí mismo posee argumentos para desenmascarar
la hipocresía y expone situaciones que ostentan la obscenidad del mal vivir con
desparpajo; la angustia y el dolor suelen ser en este género elementos intertextuales
utilizados para llegar al humor, al más cruel y recargado que se pueda, a la
risa que propone reflexión y termina en llanto (y viceversa).
La
propuesta de Sergio Lobo transita sostenidamente el patetismo planteado en la
trama y lo fuerza al ridículo más extremo, él apela a todos los recursos que
literariamente tiene a disposición, se nota en su pluma una depurada búsqueda,
es capaz de dotar de animalidad a sus criaturas más humanas, descarnadamente
humanas diría yo. Sumando elementos de género se cita la Guerra Civil Española:
la madre, Mónica, fue una especie de mercenaria paramilitar que combatió a
Francisco Franco en la península, dato poco menos que surrealista tratándose de
una mujer de avanzada edad radicada en Sunchales, pero Lobo no ceja en aportar
colores y el elemento inmigratorio es esencial. Dando vuelta el juego, dos
médicos de Buenos Aires completan la movilidad interna, donde la dramaturgia
pone un espejo y refleja también en lo local aquella indispensable condición
migrante. Siguen en la línea de estos hallazgos más colores del género: viejos ideales universalistas, posturas socialistas, confrontación
ideológica, contenidos anarquistas, anacrónicas conductas hippies y airados
argumentos de reformados sociales, un cóctel que es simplemente brillante.
Lobo
además dirige su obra y ese doble rol no es siempre deseable, la mayoría de las
veces se produce una extraña endogamia en singular, las ideas son de un solo
signo y se fotocopian tergiversándose. En Profundamente
no solo no ocurre eso sino que Sergio hace un ejercicio de cruel virtuosismo,
privando a sus actores de todo lo que se pueda imaginar, la escenografía es
inexistente, la puesta de luces es mínima e indispensable, los elementos y
accesorios se administran como racionados en plena guerra… Esto fuerza al actor
al trabajo con el propio cuerpo y con el cuerpo del otro, riesgo tremendo que
el director sabe encauzar y a pesar que los recursos de su elenco son disimiles,
logra que todos los actores estén bien, que expongan el máximo de su potencial
y todo en escena transcurre con verdad aún a pesar de lo absurdo de las
situaciones. El amor es forzado a todos sus registros posibles en la figura de
una semióloga y agente de policía, la discapacidad es un fuerte eje y disparador de todo
tipo de brillantes situaciones, los médicos terminan siendo pacientes y un
velatorio llevará los decibeles de grotesco a límites desconocidos, esta escena
luctuosa es especialmente sobresaliente, desde su concepción hasta su
ejecución.
Sus
compañeros no se quedan atrás: Mónica la madre, interpretada por Marianela
Buscafusco, asume el mayor riesgo imaginable, ella es una muchacha muy joven
que encarna a una anciana, confieso que al principio me asustó ese quiebre del
realismo que conlleva caracterizar y ser creíble, la actriz se lleva por
delante todos estos parámetros con una actuación desopilante que tiene mil
matices, grandes posibilidades bien ejercidas. La hermana melliza de Nancita es
Silvita, interpretada por Selva Jiménez que también tiene un despliegue de
momentos muy interesantes y contrastes que revelan a una actriz sólida en
escena. La policía y semióloga encarnada por Romina Schiavi tiene momentos realmente
estupendos, arrasa emocionalmente todo lo que tiene a su paso y despliega una
camaleónica actuación, se la nota más cómoda en la sensualidad que en la
violencia, sólo un detalle que no invalida sus recursos.
Los médicos encarnados por Padua Ponce y Juan Pablo
Garrido son una especie de Abbott y Costello, entrañables y frágiles, arrastrados
por un tsunami de pueblo chico; ellos por momentos dominan la acción y en otros
asumen, fieles al género, actitudes de contraste muy marcadas, uno de ellos
Rolando, en la piel de Ponce, será un absurdo cantante de chamamé y transitará
múltiples desventuras con gracia; destaco especialmente la conexión que
establece con los personajes de Mónica y China. El otro médico interpretado por
Garrido es víctima de la peste, transita el rol con una bien llevada dislexia y
muy buenos momentos registrando las variables conductas del entorno que lo
modifican, quizás debería particularizar la sintomatología que lo lleva a la
muerte, pero es sólo un detalle fácilmente soslayable. Luego reaparecerá en su
hermano mellizo Tato, con una conducta corporal y una voz completamente
diferentes que lo confirman como un actor eficaz.
Completa
este paisaje autóctono la narración en off
en la voz de Teresa Parodi, que extrañamente no se menciona en el programa,
como ejercicio de modestia quizás, pero allí se oye a la correntina junto con
sapucays y chamamés de Chango Spasiuk.
Todo
suma para recomendar cálidamente la “molestia” de alejarse del circuito
conocido y apoyar a estos artistas que son pura sensibilidad y compromiso con
nuestra hermosa profesión de actores… Contadores de historias ellos, verdaderos
cronistas de nuestra época. Les pido a los lectores de este portal que apoyen
esta propuesta, no se van a arrepentir.
Sinopsis de Prensa
El
Dr. Rivas, eminente médico sanitarista viaja a Sunchales, provincia de Santa
Fe, a dar una charla preventiva sobre una pandemia que está asolando a toda la
región. Allí conoce a Nora Zorrilla, semióloga y agente de policía, de quién se
enamora perdidamente y por quien cambiará, de manera drástica, su vida.
Mientras tanto, Alejandro, su joven médico ayudante, descubre, casi por azar,
el primer caso de contagio del virus letal que los llevó hasta esa pequeña
ciudad provinciana y decide comprometerse sin concesiones en esa batalla
desigual. A partir de este encuentro entre los médicos, Nora Zorrilla y la
familia de Silvita, la joven afectada por el virus, se entrelazarán distintas
historias que pondrán en juego pasado y presente, amores y odios y transformarán
definitivamente a cada uno de los protagonistas de esta historia sencillamente
humana... profundamente humana.
Ficha técnico artística
Marianela
Bucafusco, Juan Pablo
Garrido, Selva Jimenez,
Lorena Mazzeo,
Cristian
Ponce, Romina
Schiavi
Este espectáculo forma parte del evento: Semana del
teatro independiente 2017
Duración: 100 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4-854-1048
Web: http://www.corrientesazul.com.ar
Gracias, Fernando!
ResponderEliminarLo dicho Sergio, excelente. Sólo escribo acerca de lo que vi, les deseo a vos y a tu elenco el mayor de los éxitos. Los abrazo.
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