en el
Patio de Actores
Escribe:
Alejandro
Miroli
El Club 3 de Febrero convoca a un concurso de
máscaras el 23 de febrero de 1958, el mismo día en que se llevan a cabo los
comicios presidenciales que ganara la formula Frondizi-Gómez de la UCRI con el
52, 77 % de los votos válidos. Ese resultado se debió fundamentalmente al electorado
justicialista que votó una vana esperanza de reconciliación y superación de las
antinomias, que la historia y los actores sociales argentinos no permitieron
aún.
La obra cuenta la historia de los chicos y sus
situaciones –la observación de un eclipse en esa o aquella terraza y un fondo
de botella verde “blanca no porque te podés quedar ciego” son el enlace entre
los momentos de seducción, atracción y descubrimiento del deseo. Y en el concurso de máscaras –donde los
chicos quieren bailar rock roll y lentos “tango no”– gana Rubén cuyo padre es
el encargado de revisar las finanzas del club, y gana con una vestimenta de
gaitero asturiano; pero su relato era de un traje Braudo “de largos” –la señal
de virilidad, el rito de pasaje de todo adolescente en esa época– y su
imaginario es Misterix, y con éste, el mundo de aventuras en lugares remotos,
salvajes donde la supervivencia está siempre bajo amenazas, pero allí Misterix
y sus poderes atómicos terminaba superando toda adversidad.
Misterix fue uno de los superhéroes que poblaron los
fumetti que aparecieron como parte de la cultura italiana de postguerra. El
personaje aparece en 1946 –un científico inglés que tenía un cinturón con una
pila atómica en su hebilla, del cual salía un rayo que le permitía vencer a sus
enemigos y le daba poderes como la capacidad de volar– con guión de Maximino
Garnier y dibujos de Paul Campani; tomando la redacción muy pronto Alberto
Ongaro. Y poco después comienza su publicación en la Argentina de la mano del
notable editor que fue Cesare Civita –fundador de la Editorial Abril– y que
trajo a la Argentina a varios de los artistas que producían historietas en
Italia como Alberto Ongaro y Hugo Pratt. Así Misterix, con su cabeza cubierta
con grandes audífonos fue uno de los primeros superhéroes argentinos. Antes que
los personajes de DC o de Marvel fue Misterix quien conformó la educación
emocional de los jóvenes; y de ese modo pobló los imaginarios juveniles de los
50.
Las metáforas toman a sus autores, cuando van más
allá de una frase o expresión. El mismo tiempo en que los jóvenes del club 3 de
Febrero exploran el descubrimiento del cuerpo, la incipiente sexualidad, el
abandono de la fantasía y la súbita entrada en el reino de lo real –cuando el
si-yo-quiero se torna yo-no-quise– es el mismo tiempo en que la Argentina
ensaya una salida anormal –vía la proscripción del mayor partido político
argentino- a la anomalía política que generó el golpe de 1955; el mismo fracaso
anunciado en esa elección, es el mismo descubrimiento del fin de la aventura
fantaseada. Así la historia personal puede ser clave de la historia política
nacional, el pequeño mundo del patio de la vereda y el patio del club barrial
puede ser la nación y sus historias en conflicto. O no. Obra de crecimiento o
exploración simbólica de una línea central de nuestra historia contemporánea
ambas facetas están en la obra, y la puesta se encarga de ponerlas al alcance –una
pintada Frondizi-Gómez y una referencia al día de elecciones lo hacen presente.
Todas las actuaciones contribuyen al gozo de la
vista, son precisas, no hay tiempos muertos, el cambio de cuadros es rápido y
los sueños y las realidades se marcan sin ambigüedad. La música y la vestimenta
contribuyen a la ambientación, una escenografía de partes móviles contribuye al
pasaje de la vereda al patio del club 3 de Febrero, y la iluminación acompaña
–desde la luminosidad del día, a la celebración nocturna de las máscaras.
Sería bueno que –de no haberlos ya– hubiera horarios
y promociones para escuelas, ya que es una obra que merece ser vista por
jóvenes que cursan las materias de Literatura Argentina de la escuela media; ya
que a nosotros nos involucra como generación y a ellos como receptores, y sería
bueno que quienes leyeran esto y pudieran hacerlo, se plantearan esa tarea. Merece
ser vista y más por los jóvenes.
Sinopsis de Prensa:
Rubén tiene
diez años y una curiosidad enorme hacia el mundo que lo rodea. Pero a menudo
sus padres y sus amigos son incapaces de satisfacer sus demandas. Entonces
siente incomprensión, soledad, vergüenza, miedo. Misterix, un personaje de
historieta, es el héroe y el refugio de Rubén. Rubén imagina que es Misterix, y
de esa manera logra canalizar y exteriorizar todos los impulsos que debe
ocultar o reprimir en la vida real. El héroe de la historieta le permite a
Rubén asumir sus sueños de libertad: entonces es lindo, alto y fuerte; las
mujeres lo aman; es el rey del baile; y, por supuesto, no necesita esos
estúpidos anteojos. Pero Rubén deberá, a la fuerza, aceptar por fin la
realidad, con todo el dolor que representa la pérdida de la omnipotencia, que
se aleja para siempre con la figura de Misterix.
Ficha técnico-artística:
Duración:
75 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
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