domingo, 18 de mayo de 2014

El ornitorrinco, ésa metáfora

Humberto Robles
indaga 
en los
vínculos humanos 


Escribe:
Alvarez Castillo


La metáfora del ornitorrinco es la metáfora que nos habla –desde un acercamiento particular, realizado casi a modo de juego– sobre los vínculos humanos.
Por eso consideramos a esta obra una comedia de enredos, recorrida por una pulsión dramática, que fuerza las posibilidades que le ofrecen tres seres humanos: un matrimonio y un amigo, hasta el límite mayor, hasta que esa tensión nos conduce a crear un nuevo punto de equilibrio.


El ornitorrinco, ese animal extraordinario  –a semejanza de las experiencias y los sentimientos de los protagonistas– no sólo pasa en el orden taxonómico por inconvenientes en su clasificación, sino también en su aceptación dentro del orden de los seres vivos, hasta el punto de ponerse en duda su existencia real.


Los dos miembros de la pareja –sea por sus fantasías sexuales o por otros motivos– no están, en la convivencia, realizados. Los mecanismos de la pareja están endurecidos, ponerlos en movimiento puede llevar a la ruptura. En pasajes parece que el personaje femenino –más allá de lo que realice– es la que está menos preparada para disfrutar y dejar de lado la moralina propia de la pareja que integra.


Sobre el tema de la fidelidad se impone el de la honestidad. Estos dos consortes, si bien la tienen como valor, por temor o cobardía, no son capaces de asumir sus riesgos. Las situaciones, el curso de los hechos, superan a los protagonistas.


El cuarto actor en escena, Juan Veliz, con sus intervenciones sobre el descubrimiento del ornitorrinco y el desarrollo de su ingreso en el mundo de las ciencias, da el marco de la metáfora que rodea la obra y expresa desde otro discurso lo que sucede en la vida de los personajes. 


En el personaje que interpreta Mariano Espinosa percibimos un exceso de gritos, que tensionan por demás la escena, en contraste con momentos de sencilla comicidad y hasta cierta ironía en los protagonistas, que transitan el sano límite de reírse de ellos mismos. Ese salto sólo lo pueden dar cuando no permanecen sujetos a su preocupación por la propiedad privada, simbolizada en el otro.


Natalia Besuzzo interpreta correctamente su papel, con precisas miradas, tonos de voz y el uso del cuerpo. Axel Ibarroule nos brinda con talento a ese amigo tan presente.

Luego de los tres actos, se sucede una breve coreografía por parte de los cuatro actores, que remata correctamente la obra. En esto hay que destacar la participación de la coreógrafa Mariela Re.


Está bien aprovechada la escenografía. Las acciones se desarrollan en los dormitorios de la pareja y del amigo bisexual de la pareja. La música original de Gastón Ibarroule y de Diego Guarnieri, están a la altura de la puesta.



Ficha técnico artística


Duración: 60 minutos

BRILLA CORDELIA
Juan D.Peron 1926 
(mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 3979-4823
Web: 
http://www.brillacordelia.blogspot.com
Entrada: $ 60,00

Domingo - 20:00 hs - Hasta el 22/06/2014 

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