de Delucchi,
un
clásico
de
Roberto Cossa
Roberto Cossa
Escribe:
Alejandro
Miroli
La obra transcurre en
la sección de dibujo de una empresa constructora que lleva varios proyectos. En
ella trabajan tres dibujantes: Sosa un hombre con treinta años de carrera (interpretado
por Eduardo Juncadella); Carlos Parenti quien tiene 20 años de antigüedad y
opera como el jefe informal de la sección (interpretado por Mariano Ulanovsky)
y Sergió, un joven dibujante que entró un año antes (interpretado por Gastón
Cocchiarela). La gerencia les dice que han considerado una reducción de
personal y que en principio dejan que los tres dibujantes decidan entre ellos
porque –como dice el gerente- “son un
grupo humano”.
Cada uno tiene
intereses y posibilidades propias para desear ya alentar que se vaya otro:
Sergio el joven y Sosa el mayor a punto de jubilarse son quienes aparecen como
los más beligerantes. Carlos es quien recibe la mayoría de los reclamos y quien
menos considera que sean ellos los que deben actuar.
El teatro no tiene
memoria, y cada reposición de una tragedia es un estreno: nuevas generaciones,
nuevas claves de interpretación. ¿Qué sería hoy de un estreno de Edipo Rey sin una mirada cruzada por el
empleo que el freudismo hizo de ella? Nuevas técnicas hacen que cada nueva
puesta sea una reescritura, y las
metáforas, las metonimias y los otros recursos –la poética entera de dicha
obra- adquieren significados y valores nuevos.
Así ”Tute Cabrero”, una obra recurrente del
teatro contemporáneo argentino –y una de las obras de mayor densidad de su
autor–da una clave de la identidad argentina, tan particular en nuestro
continente y en nuestras representaciones sociales: el país de clase media, y
en particular el universo de lo que la sociología llamó –desde la clásica obra
de Wright Mills– los white
collar workers o empleados de “cuello
blanco”, que representan el núcleo duro de la identificación social como
clase media.
En ese sentido este drama
teatral opera como sinécdoque (figura retórica donde la parte –el medio laboral de
la oficina de dibujo de Alfa– está por la parte –la clase media argentina–):
una situación laboral aparece como norma de una realidad social entera, y en el
imaginario argentino la realidad “clase
media” aparece como la portadora de características identitarias casi
perfectas, casi que todo argentino sería de clase media, que todo el país sería
una larga clase media. Y para ello la parte –un departamento de dibujo de Alfa,
alguna empresa constructora y de ingeniería civil– en el que las lealtades
están supuestas, la autoridad se ejerce con un tono cómplice –las advertencias
de Carlos a Sergio por las habituales llegadas tarde que nunca se convierten en
sanción, la inocente broma al novato, la incapacidad de ordenar un plan de
trabajo–, la endogamia afectiva –la reunión casera de los empleados, la amistad
como extensión “natural” del mundo
del trabajo– va por el todo: un país preponderantemente de clase media de
ascenso social por medio de la educación –la referencia que hace Carlos al decirle
a Sosa que cuando el chico se reciba se va a la otra puerta –la de los
arquitectos– y va a ganar el doble–. La estabilidad laboral fundada en la
lealtad. Sosa y sus frecuentes reclamo de que lo que quiere es simple, el tablero
de Jiménez que ya se retiró, y el futuro como promesa. Y un mundo de clase
media y de apariencias –Matilde la hermana soltera de Sosa, mencionando que su
hermano es un “jefe” y que la mocosa lo “tuteo” –.
Usando el recurso
teatral de un espacio único donde se mezclan las viviendas de Carlos, Sergio y
Sosa, y los tableros de dibujo de la empresa Alfa. La obra es un drama moderno,
un clásico muchas veces repuesto del teatro argentino contemporáneo.
Como sinécdoque el texto funciona, y
la puesta de Emiliano Delucchi es fiel, y presenta el drama de esos dibujantes
como esas cosas que suceden, que irrumpen en ese orden vital que teníamos
armado y que de pronto se muestra frágil y revocable. Y lo hace sin exagerar,
poniendo a los personajes en situaciones creíbles –Carlos y su mujer piensan en
la casa, las cuotas de la hipoteca, el joven Sergio en la carrera que pudiera
llegar a tener en la empresa–.
Como representación la verosimilitud
parece fallida: una empresa de nivel medio, por referencias a los proyectos en
que está metida, no toma decisiones que dejan un sección lastimada en forma
permanente y no maneja en forma tan ingenua una racionalización de personal, un
gerente no queda indemne ante una denuncia interna –como es el mensaje final
del jefe que directamente parece ignorar el mensaje de Sergio, donde éste
advertía las serias deficiencias del trabajo de Sosa– y
nadie parece tener una estrategia razonable. Se plantan en el tópico “convencer al otro para que decida”,
cuando esto es casi imposible.
Eduardo Juncadella y Mariano Ulanovsky
llevan muy bien sus papeles, y trasmiten el drama interior de cada uno. María
Laura Rolle compone una mujer madura soltera y cargada de miedos y, al mismo
tiempo en un cambio de roles bien llevado, a la encargada de la limpieza de
Alfa. Gastón Cocchiarale como Sergio, Marina Lamarca como Laura –la esposa de
Carlos Parenti– y Victoria Sarchi como Gladys –la novia de
Sergio– acompañan.
Los rubros técnicos están precisos:
escenografía, iluminación y vestuario construyen el espacio entrecruzado que
pedía la marcación original de Cossa, y proponen los 60.
Cabe señalar que Tute
Cabrero tiene un notable antecedente cinematográfico: Tute
Cabrero (Juan José Jusid, Argentina, 1968, guión adaptado: Juan José
Jusid y Roberto Cossa de la obra homónima de Roberto Cossa, b/n, 65 min.), con
Pepe Soriano como Sosa, Juan Carlos Gené como Carlos Parenti y Luis Brandoni
como Sergio; película cuya calidad e impacto contribuyeron a hacer de este texto
un clásico.
Sinopsis
de Prensa:
Sosa,
Parenti y Bruni, tres dibujantes, compañeros de trabajo y muy buenos amigos, un
día son notificados de que la empresa “Alfa” para la que trabajan, entra en un
"plan de racionalización" y se ven obligados a tener que decidir
ellos cual de los tres es quien debe abandonar su puesto de trabajo. De pronto
sus vidas empiezan a verse alteradas por esa situación, terminando por dejar al
descubierto la verdad de quienes son realmente.
Ficha artística-técnica
Elenco
Sosa – Eduardo Juncadella
Carlos – Mariano Ulanovsky
Sergio – Gastón Cocchiarale
Matilde – María Laura Rolle
Laura – Marina Lamarca
Gladys – Victoria Sarchi
Carlos – Mariano Ulanovsky
Sergio – Gastón Cocchiarale
Matilde – María Laura Rolle
Laura – Marina Lamarca
Gladys – Victoria Sarchi
Iluminación
Jorge Ferro
Escenografía
Emiliano Delucchi
Asesoramiento
en vestuario Catalina Motto
Diseño
gráfico Juan Manuel Docampo
Fotografía
para gráfica Natalia Balza
Fotografía
en escenografía Christian Inglize
Operador de
luces Nicolás Dominikow – Vanina Falcone
Trailer Nicolás Dominikow
Música
Versión de “El pañuelito blanco” Gabriel Belek – Libra Music
Prensa y
difusión TEHAGOLAPRENSA
Asistente
de dirección Rocío García Márquez
Producción
general Gastón Cocchiarale
Dirección Emiliano Delucchi
Agradecimientos
especiales:
Agustín Alezzo, Lizardo Laphitz, Natalia Laphitz, Andrea Muller, Raúl Sarchi, Zaida Mazzitelli, Catalina Motto, Juan Manuel Docampo, Natalia Balza, Nicolás Dominikow, elenco de Hablemos a calzón quitado, a nuestras familias y amigos.
Agustín Alezzo, Lizardo Laphitz, Natalia Laphitz, Andrea Muller, Raúl Sarchi, Zaida Mazzitelli, Catalina Motto, Juan Manuel Docampo, Natalia Balza, Nicolás Dominikow, elenco de Hablemos a calzón quitado, a nuestras familias y amigos.
Funciones: Sábados 20 hs y Domingos 21 hs
Entrada
general: $90.
(Desc .para
est. y jub. / 2x1 con Club La
Nación )
TEATRO EL
DUENDE (Aráoz 1469 – CABA)
Teléfono:
4831-1538
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