viernes, 10 de octubre de 2014

Díptico kafkiano, una creación de Alfredo Martín

La Metamorfosis
Y
El Proceso
recreados



Escribe:
Alejandro Miroli



Tal vez el mayor homenaje que un escritor pueda recibir es que su nombre devenga adjetivo: así el Diccionario de la RAE/22ed. dice kafkiano, na. 3. adj. Dicho de una situación: Absurda, angustiosa”. Es un homenaje casi único, junto a dantesco y alguno otro.


Presentar una forma general de calificar las cosas –pues ésa es una función de los adjetivos– hace de la obra de Kafka una herencia universal, cuya apropiación o trasposición es una tarea siempre convocante. Así el joven escritor Franz Kafka (Austria–Hungría, 1883–1924) es convocado permanentemente –cada vez que notamos kafkiana una situación–.


En “Díptico kafkiano”, Alfredo Martín y el elenco abordan la transposición dramática de dos textos fundamentales de Kafka: “La metamorfosis” y “El proceso”. Dos piezas de aproximadamente una hora cada una, con un pequeño intervalo que es una degustación de vino y unas panecitos.


Las obras intentan apropiarse del núcleo de cada texto. Y lo hacen en modos diferentes: en Parte 1. “La Metamorfosis” exhibe  una notable caracterización de Iván Vitale como Gregorio Samsa, sin artificios, apenas con un poco de maquillaje, el recién devenido monstruo impone a todos su absoluta alteridad y su carácter revulsivo. La intensidad de dicha caracterización se extiende a toda la adaptación, que adquiere un tono sombrío.


En “El Proceso” no se puede decir lo mismo. Joseph K. sufre una interminable e inexplicable manipulación, al mismo tiempo que una violación de derechos. Lo primero lo asombra, lo segundo lo enoja y empuja sus reclamos. Esta mezcla de sentimientos no aparece plenamente dada en la caracterización que hace Guillermo Ferrero de Joseph K.


Ambas obras son explicadas, en cada caso una pareja de investigadores se dirige al público, explicando avatares de la vida y de la obra de Franz Kafka. Pero más allá de la cuestión teórica de las artes –¿es la vida del autor un insumo en la percepción y estimación de su obra?– que llevaría eones dilucidar, parece que en este caso nada agrega. Transforma las dos representaciones en ilustraciones sobre la vida y obra del autor de los textos que inspiraron la dramaturgia –y no son parte de la acción dramática, sino un metatexto sobre ella–, lo cual como efecto parece restar intensidad dramática a historias que poseen su propia fuerza y motivación.

En ambos casos la escenografía –el espacio dividido en “La metamorfosis”, la sala ministerial o tribunalicia en “El Proceso”– es adecuada, tanto como el vestuario y la iluminación.


Aun con los reparos mencionados, es aconsejable ver las obras, tanto por la inmensa fuerza que tienen los textos originarios, por el respeto hacia la obra de Kafka, por la aventura de tomar textos literarios y de alguna manera ceñir la dramaturgia a historias complejas y ya instaladas en el acervo literario, como por la propia aventura de la producción: quince actores en escena, actuando a veces en dos papeles distintos.

Por último y para celebrar la convergencia de artes, es menester mencionar siquiera el impacto que ambas obras han tenido en las artes visuales: “El proceso” tuvo dos versiones cinematográficas:



Le procès (Orson Wells, Francia/Alemania/Italia, 1962, b/n, 118 m, en inglés).
The Trial (David Jones, Gran Bretaña, 1997, color, 120 m, en inglés).
Y “La metamorfosis” tuvo al menos cinco versiones en medio o largometraje:
Metamorphosis (Jim Goddard, 1987, Reino Unido, color, 87 m, en inglés).
La metamorfosis de Kafka (Carlos Alanes, España, 1994, color, 30 m, en castellano).
Metamorphosis: Inmersive Kafka (Sándor Kordes, Hungría, 2010, color, 40 m, en húngaro).
Metamorphosis (David Yokey, EE.UU, 2012, color, 15 m, en inglés).
Metamorphosis (Chris Swanton, Reino Unido, 2012, color, 102 m, en inglés).

En particular la película de Sándor Kordes es relevante porque la filmación desde una cámara en primera persona –como la visión de Samsa/el Monstruo, en 360º–. Además de estas películas hay varios cortos de animación o experimentales.
Tanto “La metamorfosis” como “El proceso” tuvieron sendas adaptaciones dramáticas por Steve Berkoff, en 1969 y 1971, respectivamente. Todo ello habla del enorme impacto que tuvieron las obras del autor austro–húngaro, que en vena kafkiana obtuvo la ciudadanía de una nación inexistente al momento de nacer: un checo cuya patria era el alemán.

Información brindada por Prensa:

Refiriéndose a la Europa actual y la decadencia de la humanidad, Kafka le decía a Max Brod: “Somos pensamientos nihilistas, pensamientos suicidas que surgen en la cabeza de Dios. Nuestro mundo no es más que un mal humor de Dios, un mal día.” “¿Habrá entonces esperanza fuera de este mundo que conocemos?”, preguntó Brod. Kakfa sonrió y dijo: “Sin duda mucha esperanza, infinita esperanza, pero no para nosotros.”; Conversación citada por Benjamín. Ensayo sobre Kafka.

“Díptico Kafkiano” es una nueva pieza sobre el cuento “La Metamorfosis” y la novela “El Proceso”, de Franz Kafka. Nos introduce en la profunda particularidad del universo Kafkiano. La potencia de su contemporaneidad, a causa de una literatura profética. La bestialización humana y el terrorismo de estado: una maquinaria del mal que replantea el estatuto de la esperanza.

Los protagonistas son víctimas propiciatorias de un final tan trágico como absurdo. La naturalización de la violencia atraviesa lo familiar y lo social, implantándose la conspiración y el sinsentido. Ambos son culpables frente a un sistema, cuya Ley los eliminara sin piedad, morir como un insecto o como un perro, ese será su destino final.

Sinopsis:

Primera Parte: Gregorio Samsa, un joven viajante de comercio, se despierta una mañana convertido en un horrible insecto, produciendo la repugnancia de su familia y, desde entonces, es condenado a vivir aislado en su habitación. 

Segunda parte: Joseph K, empleado de banco, es detenido en su cama por la policía, a causa de una acusación que desconoce, y lo introduce  en un extraño proceso judicial, contra el cual deberá luchar.


“Kafka mediante sus parábolas, sus imágenes oscuras e inquietantes laberintos, anunció el infierno subterráneo del estado y la sociedad, antes que emergiera como realidad monstruosa y concreta: el totalitarismo y sus campos de exterminio. Estos son, principalmente, las temáticas que recorre la pieza, con la particular poética de este enorme escritor checo”, comenta Alfredo Martín.
Este espectáculo cuenta con el auspicio de la Embajada de la República Checa.

Ficha técnico-artística:



Duración: 130 minutos

















DELBORDE
ESPACIO TEATRAL
Chile 630 
(mapa)
Capital Federal- Argentina
Reservas: (011)4300-6201


Web: http://www.delborde.com.ar
Entrada: $ 120,00 - Sábado - 22:00 hs

Hasta el 18/10/2014 

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