Y
El Proceso
recreados
Escribe:
Alejandro Miroli
Tal vez el mayor homenaje que un escritor pueda recibir es que su nombre devenga adjetivo: así el Diccionario de la RAE/22ed. dice “kafkiano, na. 3. adj. Dicho de una situación: Absurda, angustiosa”. Es un homenaje casi único, junto a dantesco y alguno otro.
Presentar una forma general de
calificar las cosas –pues ésa es una función de los adjetivos– hace de la obra
de Kafka una herencia universal, cuya apropiación o trasposición es una tarea
siempre convocante. Así el joven escritor Franz Kafka (Austria–Hungría,
1883–1924) es convocado permanentemente –cada vez que notamos kafkiana una situación–.
En “Díptico
kafkiano”, Alfredo Martín y el
elenco abordan la transposición dramática de dos textos fundamentales de Kafka: “La metamorfosis” y “El
proceso”. Dos piezas de aproximadamente una hora cada una, con un pequeño
intervalo que es una degustación de vino y unas panecitos.
Las obras intentan apropiarse del núcleo de cada texto.
Y lo hacen en modos diferentes: en Parte 1. “La
Metamorfosis” exhibe una notable
caracterización de Iván Vitale como Gregorio Samsa, sin artificios, apenas
con un poco de maquillaje, el recién devenido monstruo impone a todos su
absoluta alteridad y su carácter revulsivo. La intensidad de dicha
caracterización se extiende a toda la adaptación, que adquiere un tono sombrío.
En “El
Proceso” no se puede decir lo mismo. Joseph
K. sufre una interminable e inexplicable manipulación, al mismo tiempo que una
violación de derechos. Lo primero lo asombra, lo segundo lo enoja y empuja sus reclamos.
Esta mezcla de sentimientos no aparece plenamente dada en la caracterización
que hace Guillermo Ferrero de Joseph K.
Ambas obras son explicadas, en cada caso una
pareja de investigadores se dirige al público, explicando avatares de la vida y
de la obra de Franz Kafka. Pero más
allá de la cuestión teórica de las artes –¿es la vida del autor un insumo en la
percepción y estimación de su obra?– que llevaría eones dilucidar, parece que
en este caso nada agrega. Transforma las dos representaciones en ilustraciones
sobre la vida y obra del autor de los textos que inspiraron la dramaturgia –y
no son parte de la acción dramática, sino un metatexto sobre ella–, lo cual
como efecto parece restar intensidad dramática a historias que poseen su propia
fuerza y motivación.
En ambos casos la escenografía –el espacio
dividido en “La metamorfosis”, la
sala ministerial o tribunalicia en “El
Proceso”– es adecuada, tanto como el vestuario y la iluminación.
Aun con los reparos mencionados, es aconsejable
ver las obras, tanto por la inmensa fuerza que tienen los textos originarios,
por el respeto hacia la obra de Kafka,
por la aventura de tomar textos literarios y de alguna manera ceñir la
dramaturgia a historias complejas y ya instaladas en el acervo literario, como
por la propia aventura de la producción: quince actores en escena, actuando a veces
en dos papeles distintos.
Le procès (Orson Wells, Francia/Alemania/Italia, 1962, b/n, 118 m, en inglés).
The
Trial (David Jones, Gran Bretaña, 1997, color, 120 m,
en inglés).
Y “La
metamorfosis” tuvo al menos cinco versiones en medio o largometraje:
Metamorphosis
(Jim Goddard, 1987, Reino Unido, color, 87 m, en inglés).
La
metamorfosis de Kafka (Carlos Alanes, España, 1994,
color, 30 m, en castellano).
Metamorphosis:
Inmersive Kafka (Sándor Kordes, Hungría, 2010, color,
40 m, en húngaro).
Metamorphosis
(David Yokey, EE.UU, 2012, color, 15 m, en inglés).
Metamorphosis
(Chris Swanton, Reino Unido, 2012, color, 102 m, en inglés).
En particular la película de Sándor Kordes es relevante porque la filmación desde una cámara en primera
persona –como la visión de Samsa/el
Monstruo, en 360º–. Además de estas películas hay varios cortos de animación
o experimentales.
Tanto “La
metamorfosis” como “El proceso”
tuvieron sendas adaptaciones dramáticas por Steve Berkoff, en 1969 y 1971, respectivamente. Todo ello habla del
enorme impacto que tuvieron las obras del autor austro–húngaro, que en vena
kafkiana obtuvo la ciudadanía de una nación inexistente al momento de nacer: un
checo cuya patria era el alemán.
Información
brindada por Prensa:
Refiriéndose a la Europa actual y la decadencia de la
humanidad, Kafka le decía a Max Brod:
“Somos pensamientos nihilistas,
pensamientos suicidas que surgen en la cabeza de Dios. Nuestro mundo no es más
que un mal humor de Dios, un mal día.” “¿Habrá entonces esperanza fuera de este
mundo que conocemos?”, preguntó Brod.
Kakfa sonrió y dijo: “Sin duda mucha esperanza, infinita esperanza, pero no para nosotros.”;
Conversación citada por Benjamín.
Ensayo sobre Kafka.
“Díptico Kafkiano” es una nueva pieza sobre el cuento “La
Metamorfosis” y la novela “El
Proceso”, de Franz Kafka. Nos introduce en la profunda particularidad del
universo Kafkiano. La potencia de su contemporaneidad, a causa de una
literatura profética. La bestialización humana y el terrorismo de estado: una
maquinaria del mal que replantea el estatuto de la esperanza.
Los protagonistas son víctimas propiciatorias de un final
tan trágico como absurdo. La naturalización de la violencia atraviesa lo
familiar y lo social, implantándose la conspiración y el sinsentido. Ambos son
culpables frente a un sistema, cuya Ley los eliminara sin piedad, morir como un
insecto o como un perro, ese será su destino final.
Sinopsis:
Primera Parte: Gregorio Samsa,
un joven viajante de comercio, se despierta una mañana convertido en un
horrible insecto, produciendo la repugnancia de su familia y, desde entonces,
es condenado a vivir aislado en su habitación.
Segunda parte: Joseph K, empleado de banco, es detenido en
su cama por la policía, a causa de una acusación que desconoce, y lo
introduce en un extraño proceso judicial, contra el cual deberá
luchar.
“Kafka
mediante sus parábolas, sus imágenes oscuras e inquietantes laberintos, anunció
el infierno subterráneo del estado y la sociedad, antes que emergiera como
realidad monstruosa y concreta: el totalitarismo y sus campos de exterminio.
Estos son, principalmente, las temáticas que recorre la pieza, con la
particular poética de este enorme escritor checo”, comenta Alfredo
Martín.
Este espectáculo cuenta con el
auspicio de la Embajada de la República Checa.
Ficha técnico-artística:
Duración:
130 minutos
DELBORDE
ESPACIO TEATRAL
Chile 630 (mapa)
Capital Federal- Argentina
Reservas: (011)4300-6201
Web: http://www.delborde.com.ar
Entrada: $ 120,00 - Sábado - 22:00 hs
Hasta el 18/10/2014
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